14 Marzo 2021

Urge proteger las cerámicas de la avenida de Monte Igueldo

Publicado en Reportajes

Las históricas azulejerías de Guijo y Caballero en Vallecas olvidadas por las administraciones públicas

Juan Jiménez Mancha | Vallecasweb
La vallecana avenida de Monte Igueldo conserva dos de los principales conjuntos de cerámica artística de comercios antiguos de Madrid: el de la vaquería La Tierruca y el de la tienda de comestibles de José Luque. Realizados por dos de los considerados grandes artistas de la azulejería española del primer tercio del siglo XX, el primero por Enrique Guijo y el segundo por Ángel Caballero, ambos llevan años abandonados y reclaman medidas urgentes para su salvación.



A primeros de noviembre de 2020, la movilización vecinal brotó espontánea y logró salvar de la piqueta a dos paneles cerámicos de singular belleza y valor que adornaban la entrada a una antigua tienda oculta de comestibles de la avenida de la Albufera nº 33. Unas rutinarias reformas en la popular Papelería Imprenta Campo sacaron a la luz Historia y Arte sepultados, pero la grata noticia se convirtió pronto en amenaza. El éxito en la preservación de los azulejos fue de todos. Vallecas puede estar orgullosa.

Pero aún queda por hacer. Para empezar, es urgente no dejar a su suerte —porque sabemos que podría resultar fatal— a los dos magníficos conjuntos que embellecen las fachadas de La Tierruca, en la avenida de Monte Igueldo nº 103, y de Comestibles Finos de José Luque, en el nº 96 de la misma vía. Ambos precisan de una restauración urgente y cuidados diarios. El Ayuntamiento de Madrid debería plantearse su compra y pensar en usos sociales o culturales por parte del vecindario. Los vallecanos y vallecanas necesitan espacios para compartir, aunque no sean grandes, y estos dos se han convertido en lugares emblemáticos muy queridos ubicados, además, en zonas que requieren afecto. Sería un primer paso en la revisión de piezas del rico patrimonio artístico vallecano vinculado a la arraigada tradición de arte cerámico urbano. Ni que decir tiene que la solicitud de inclusión de ambos conjuntos en el catálogo de bienes de interés cultural (BIC) debe ser, al tiempo, un objetivo obligado. Vallecas no puede permitirse perder dos de sus tesoros artísticos, encima tan vinculados a su pasado como pueblo.

Unas obras realizadas en noviembre de 2020 en la fachada de la antigua Papelería Imprenta Campo pusieron al descubierto estos azulejos datados a principios del siglo XX. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)Unas obras realizadas en noviembre de 2020 en la fachada de la antigua Papelería Imprenta Campo pusieron al descubierto estos azulejos datados a principios del siglo XX. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)

El tesón de los vecinos de Vallecas consiguió que, pese a la reforma del local situado en la avenida de la Albufera nº 33, se preservara el conjunto de azulejos. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)El tesón de los vecinos de Vallecas consiguió que, pese a la reforma del local situado en la avenida de la Albufera nº 33, se preservara el conjunto de azulejos. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)

Los trabajos de restauración en la fachada de la antigua Papelería Imprenta Campo están devolviendo todo su esplendor a las centenarias cerámicas de la avenida de la Albufera nº 33. La imagen es del 9 de marzo de 2021. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)Los trabajos de restauración en la fachada de la antigua Papelería Imprenta Campo están devolviendo todo su esplendor a las centenarias cerámicas de la avenida de la Albufera nº 33. La imagen es del 9 de marzo de 2021. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)

En la avenida de la Albufera, a la altura de Nueva Numancia, existen dos paneles cerámicos del primer tercio del siglo XX que recuerdan el antiguo nombre de la vía: Avenida de Alfonso XIII. Su restauración debería considerarse prioritaria para recuperar la memoria colectiva de Vallecas. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)En la avenida de la Albufera, a la altura de Nueva Numancia, existen dos paneles cerámicos del primer tercio del siglo XX que recuerdan el antiguo nombre de la vía: Avenida de Alfonso XIII. Su estado es lamentable y debería considerarse prioritario restaurarlos para recuperar la memoria colectiva de Vallecas. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)

La Tierruca, emblema de la tradición vaquera vallecana
El próximo 1 de abril se cumplen 150 años del nacimiento del pintor y ceramista Enrique Guijo Navarro, autor de los azulejos de la fachada de La Tierruca en 1920. Guijo, nacido en 1871 en Córdoba, conforma junto a Juan Ruiz de Luna y Alfonso Romero Mesa la tríada de maestros considerados responsables de la resurrección de la cerámica talaverana en Madrid durante el primer tercio del siglo XX. Son obras de Guijo paneles de azulejos tan importantes como los de la Librería de los Bibliófilos Españoles en la Travesía del Arenal, los de los Laboratorios Juanse en la malasañera calle de San Andrés y los de su vecina la Antigua Huevería de San Vicente Ferrer nº 28, o los de la casa de comidas La Mina de Oro, que se encontraba en la avenida de la Ciudad de Barcelona nº 58. Otras decenas de comercios madrileños se beneficiaron de su arte.

En 1929 fue nombrado conservador del Museo Municipal de Madrid, hoy Museo de Historia, inaugurado ese año con su amigo Manuel Machado como director. Guijo residía en una torre de la sede del museo, el antiguo Hospicio de Madrid en la calle Fuencarral. El cordobés colaboró en el embellecimiento de tres edificios municipales: Casa de la Villa, Casa de Cisneros y Hemeroteca Municipal. Además, fue profesor de la mítica Escuela de Cerámica del Ayuntamiento de Madrid, dirigida por Francisco Alcántara.

Guijo se había trasladado a Madrid a finales del siglo XIX tras formarse en el arte de la cerámica en Triana. Tras unos años de estancia en Talavera, regresó a la capital en 1912 para dirigir en la calle Mayor nº 80 el taller que el talaverano Juan Ruiz de Luna había montado en 1908. Este taller, considerado clave en la expansión de la cerámica urbana madrileña, fue el que materializó los azulejos de La Tierruca y los de la tienda de José Luque. El artista Fidel Blanco se encargaba de pintar los azulejos. En el taller trabajó también uno de los artistas más representativos de la cerámica producida en Vallecas, citado antes como uno de los tres responsables del renacimiento en Madrid de la escuela talaverana: Alfonso Romero Mesa, quien posiblemente colaboró en la azulejería de La Tierruca.

Unas vecinas caminan frente al mural de la antigua vaquería La Tierruca, en la avenida de Monte Igueldo nº 103. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)Unas vecinas caminan frente al mural de azulejos de la antigua vaquería La Tierruca, en la avenida de Monte Igueldo nº 103. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)

El ceramista cordobés Enrique Guijo Navarro fue el autor del famoso mural de La Tierruca. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)El ceramista cordobés Enrique Guijo Navarro fue el autor del famoso mural de La Tierruca. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)

Los azulejos de La Tierruca representan escenas pasiegas como el ordeño. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)Los azulejos de La Tierruca representan escenas pasiegas como el ordeño. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)

La antigua puerta de entrada al despacho de leche de La Tierruca se ha convertido actualmente en una ventana. Por el lateral de la calle de Hachero se situaba la puerta por la que las vacas accedían a los establos. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)La antigua puerta de entrada al despacho de leche de La Tierruca se ha convertido actualmente en una ventana. Por el lateral de la calle de Hachero se situaba la puerta por la que las vacas accedían a los establos. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)

Alfonso Romero, nacido en la localidad sevillana de Montellano, realizó el grueso de su producción propia primero en el horno que tenía la familia sevillana Mesanque en Puente de Vallecas (desconocemos la calle) y desde mediados de los años veinte, tras un tiempo trabajando en Carabanchel, en un taller que montó en el solar del nº 19 de la vallecana calle de Rodríguez Espinosa, al tiempo que seguía produciendo obra en su domicilio madrileño de la calle del Rollo.

Alfonso Romero y Enrique Guijo participaron en la decoración de la taberna Los Gabrieles, en la calle Echegaray, considerada la “Capilla Sixtina” de la azulejería madrileña. Romero, además, elaboró paneles de la fachada del tablao flamenco Villa Rosa en la plaza de Santa Ana y decoró la azulejería de la plaza de toros de Las Ventas, quién sabe si en ambos casos con cerámica elaborada en Vallecas. Enrique Guijo Navarro sufrió un amargo retiro. Se jubiló en el Ayuntamiento de Madrid a principios de 1945 por ceguera que derivó en una “imposibilidad física total” (Boletín del Ayuntamiento de Madrid, 10 de marzo de 1945). Murió ciego y olvidado en Madrid el 12 de diciembre de 1955.

La azulejería de La Tierruca, tienda con domicilio en la avenida de Monte Igueldo nº 103, esquina a la calle del Hachero, con el pasiego Leoncio y su esposa Julia como dueños iniciales, destaca por la calidad de sus dibujos y por la buena composición y ejecución del color. Aparte de por su gran valor artístico, resulta trascendental por representar el pasado vaquero de Vallecas. Desde los inicios del siglo XX hasta los años setenta, las calles vallecanas estaban repletas de vaquerías, la mayoría regentadas por familias cántabras, que surtían de leche a buena parte de Madrid. En los años treinta llegaron a coexistir cien de estos establecimientos en sus arterias. En la cerámica de La Tierruca podemos apreciar dos escenas con leyendas muy adecuadas para el buen prestigio comercial: una mujer ordeñando una vaca sobre el lema “Leche pura” y un hombre trasladando leche sobre la inscripción “Se sirve a domicilio”.

No menos vallecano fue el final de la vida de la tienda. Comprada en 1953 por el humilde matrimonio cántabro formado por Pedro y Micaela, continuó como vaquería hasta reconvertirse en los años setenta en tienda de alimentación hasta su cierre hacia 2004. La puerta al establecimiento pasó a ser ventana. Durante todo ese tiempo, más de cincuenta años, Micaela —conocida como la señora Mica—, lavó todos los días los azulejos con agua templada para su óptima preservación. Lo hizo hasta con más de ochenta años de edad. Gracias al tesón, sacrificio y cariño de la señora Mica, Vallecas conserva hoy esta maravilla en sus calles.

La tienda de Comestibles Finos de José Luque,
un ejemplo del palpitante pasado comercial de Vallecas

Parece que a la gente le cuesta creer hoy que Vallecas gozó de un extraordinario trajín comercial desde principios del siglo XX hasta la llegada de la guerra civil. Hasta este punto llega la injusta etiqueta de Vallecas como población de segunda. La actual avenida de la Albufera y la avenida de Monte Igueldo, entonces llamada Nicasio Méndez, eran sus dos vías mercantiles principales. Las tiendas de comestibles, como la de José Luque, abundaban entonces, y durarían hasta finales de siglo, porque tenían como quien dice de todo. Las tiendas de comestibles son un clásico del comercio español del siglo XX.

La azulejería de la tienda de Comestibles Finos de José Luque es también obra del taller de la calle Mayor 80, pero cuando ya no estaba a su frente Enrique Guijo. A finales de 1920, el artista cordobés arrastraba problemas económicos y tuvo que ceder la empresa al contable del taller, Ángel Caballero. Al parecer Guijo le debía dinero y así saldaron deudas. Caballero mantuvo a Fidel Blanco como pintor de azulejos, algo que sería trascendental para los futuros buenos trabajos entregados. Así, Caballero firmó —que no ejecutó— cerámicas como las que decoran la casa de comidas La Zamorana, en la calle Galileo nº 21, o la desaparecida pescadería La Ola del Cantábrico, en la calle Ramón de la Cruz nº 72. Luego se dedicó a traer piezas sueltas de Talavera y de Sevilla, para acabar cambiando el negocio por la venta de muebles castellanos. Fue el final de Mayor 80 como radiante foco del arte cerámico madrileño. Caballero no era un apasionado de la azulejería, como Guijo. Coincidieron en lo de trabajar en el Ayuntamiento de Madrid, pero Caballero lo hizo de escribiente.

La tienda de Comestibles Finos de José Luque tenía otra entrada por la calle Quijada de Pandiellos nº 35. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)La tienda de Comestibles Finos de José Luque tenía otra entrada por la calle Quijada de Pandiellos nº 35. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)

Azulejos con la publicidad de la marca de cafés “El Gato Negro” en Monte Igueldo nº 80. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)Azulejos con la publicidad de la marca de cafés “El Gato Negro” en Monte Igueldo nº 80. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)

La firma de Caballero y el taller de Mayor 80 en la fachada de Monte Igueldo nº 80. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)La firma de Caballero y el taller de Mayor 80 en la fachada de Monte Igueldo nº 80. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)

El paso del tiempo no ha logrado borrar el enorme valor de los carteles y azulejos de la tienda de José Luque. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)El paso del tiempo no ha logrado borrar el enorme valor de los carteles y azulejos de la tienda de José Luque. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)

La fachada de los establecimientos servía como reclamo y soporte publicitario de los productos que allí se ofrecían, muchos de ellos novedosos. En la tienda de Monte Igueldo destaca muy especialmente esta botella de anís “Doña Francisquita” de las Destilerías A. Roldán. La etiqueta es un homenaje a la zarzuela “Doña Francisquita”, género al que el fundador de la fábrica de licores —el albaceteño Andrés Roldán Tébar— era muy aficionado. A. Roldán se estableció en 1894 en Santander, de ahí que no fuera novedoso su inclusión en la fachada vallecana dado que a principios del siglo XX había una numerosa población cántabra en Vallecas, especialmente dedicada a la producción de leche en las más de 100 vaquerías censadas en el Puente de Vallecas. La botella de “Doña Francisquita” se anuncia como “ANÍS IDEAL FINO”. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)La fachada de los establecimientos servía como reclamo y soporte publicitario de los productos que allí se ofrecían, muchos de ellos novedosos. En la tienda de Monte Igueldo destaca muy especialmente esta botella de anís “Doña Francisquita” de las Destilerías A. Roldán. La etiqueta es un homenaje a la zarzuela “Doña Francisquita”, género al que el fundador de la fábrica de licores —el albaceteño Andrés Roldán Tébar— era muy aficionado. A. Roldán se estableció en 1894 en Santander, de ahí que no fuera novedosa su inclusión en la fachada vallecana dado que a principios del siglo XX había una numerosa población cántabra en Vallecas, especialmente dedicada a la producción de leche en las más de 100 vaquerías censadas en el Puente de Vallecas. La botella de “Doña Francisquita” se anuncia como “ANÍS IDEAL FINO”. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)

La avenida de Nicasio Méndez, actualmente de Monte Igueldo, era uno de los ejes comerciales más importantes del municipio de Vallecas. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)La avenida de Nicasio Méndez, actualmente de Monte Igueldo, era uno de los ejes comerciales más importantes del municipio de Vallecas. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)

La pintora realista Amalia Avia retrató en 1993 la tienda de Comestibles Finos de José Luque, mostrando el colorido y calidad de sus azulejos cuando el establecimiento aún estaba abierto. La obra, realizada en Vallecas, permite apreciar en todo su esplendor el trabajo del taller de ceramistas de Mayor 80. (© Foto: VALLECASWEB.COM)La pintora realista Amalia Avia retrató en 1993 la tienda de Comestibles Finos de José Luque, mostrando el colorido y calidad de sus azulejos cuando el establecimiento aún estaba abierto. La obra, realizada en Vallecas, permite apreciar en todo su esplendor el trabajo del taller de ceramistas de Mayor 80. (© Foto: VALLECASWEB.COM)

Ángel Caballero, considerado, pese a todo, sucesor de Enrique Guijo, firmó en los años veinte la cerámica de la tienda de comestibles de José Luque, pero tras los excelentes resultados cabe pensar que posiblemente se hallaba detrás la mano de Fidel Blanco. En la tienda, en Monte Igueldo nº 96, esquina con la calle Quijada de Pandiellos nº 35, destaca el color amarillo del fondo. Los paneles centrales están dedicados a “Aceites de Andalucía”; a la marca de cafés, nacida en 1917, “El Gato Negro”; y a la marca de vinos “La Confianza”, de las “Bodegas de Miguelturra”. La cabecera de las entradas al comercio y el friso superior que recorre la parte alta están decorados con los nombres de la tienda y de su número antiguo (“80”) y con algunos de los tipos de géneros que se vendían: “Cervezas”, “Vinos”, “Conservas”, “Legumbres” y “Jabones”.


El conjunto de la tienda de José Luque llama la atención por su mayor abandono. Carteles pegados hace tiempo y grafitis en los cierres entorpecen el disfrute de las preciosas orlas y dibujos que visten los azulejos. Igual siguen estando en su interior el molinillo de café y la guillotina para cortar el bacalao que junto a otros enseres dejó su último dueño. El primer piso del edificio añade notas de desidia al encontrarse tapiado para evitar su ocupación por hallarse deshabitado, y en el segundo tampoco parece vivir nadie. Tal vez pueda 'colar' ante las administraciones que la compra del bajo comercial y del resto del inmueble pueden ofrecer una reutilización provechosa del espacio. Igual entonces sí, igual entonces se produce el milagro de que prime en Vallecas el bien público frente a la especulación inmobiliaria.

(*) En la imagen que abre esta información, estado actual de la fachada de la tienda de Comestibles Finos de José Luque en la avenida de Monte Igueldo. (© Foto: ANTONIO LUQUERO / Vallecasweb.com)

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Comentarios (14)

  • Juan sin. Credo

    Juan sin. Credo

    15 Marzo 2021 a las 15:06 |
    Extraordinario. Vaya calidad de reportajes en Vallecasweb. Me quito el sombrero!!!!!!!!!!!!!
  • Samu Pertegás

    Samu Pertegás

    15 Marzo 2021 a las 23:47 |
    ¡Urge proteger más bien la arquitectura popular obrera! No debería tirarse nunca ese edificio. ¡Solo el interior y dejar la fachada... como sucede con otras edificaciones en Madrid! La arquitectura popular es otra categoría igual de importante en la arquitectura, susceptible de la protección. ¡Al fin una publicación sobre este establecimiento!
  • Raúl

    Raúl

    16 Marzo 2021 a las 18:31 |
    Otro REPORTAJAZO a base de una magnífica documentación, periodismo puro, y auténtico amor por Vallecas que rezuma en cada palabra y cada frase. BRAVO.
  • Inocencia Soria

    Inocencia Soria

    17 Marzo 2021 a las 12:14 |
    Magnífico reportaje. Convendría no olvidar el rótulo de azulejos de la Biblioteca Municipal de Vallecas en la calle Sierra de Cameros, esquina Puerto de Monasterio. Es el original y se conserva allí desde la inauguración de esta biblioteca en 1933.
  • Ana Cepeda Pérez

    Ana Cepeda Pérez

    18 Marzo 2021 a las 07:54 |
    Recuerdo haber comprado en esa tienda de ultramarinos, al lado estaba la carnicería de César. Espero que no las cambien, como las de la Albufera.
  • Yissas Khan

    Yissas Khan

    18 Marzo 2021 a las 07:58 |
    Totalmente de acuerdo, quizás sean de las más valiosas de Madrid. Y por favor que nadie pegue carteles en ellas.
  • El Sereno de Madrid

    El Sereno de Madrid

    18 Marzo 2021 a las 08:03 |
    Son una joya. La pintora Amalia Avia las inmortalizó.
    Nunca he entendido por qué no las han cuidado.
  • Alice Silver

    Alice Silver

    18 Marzo 2021 a las 08:08 |
    Sin duda hay que protegerlos, son una joya.
  • Ana Moreno

    Ana Moreno

    18 Marzo 2021 a las 08:10 |
    Por fin alguien se fija, llevo años viendo cómo se degrada y nadie hace nada. Bueno, como el barrio en general...
  • Vi(sio)mes

    Vi(sio)mes

    18 Marzo 2021 a las 08:14 |
    Bueno, a ver. Urgir, lo que se dice urgir, urgía hace 15 años. Ahora, de las tres que quedaban, una está destrozada por la ventana de un kebab y la otra ya no existe. Sólo queda la que se ve en la foto y bueno, a ver.
  • Klaus11

    Klaus11

    18 Marzo 2021 a las 08:16 |
    No es necesaria la restauración de los paneles de la Avenida de Alfonso XIII sino la explicación de por qué se tachó su nombre y la corona del escudo, seguramente pasando desapercibido en el franquismo. Es memoria histórica, Juan.
  • Juan Jiménez Mancha

    Juan Jiménez Mancha

    18 Marzo 2021 a las 08:22 |
    Muy bueno. Habría que ver cómo fue eso, es verdad.
  • Antonio

    Antonio

    17 Junio 2021 a las 07:47 |
    Dos cosas. Una, coincido con Klauss, la placa tachada es parte de la memoria histórica, lo que hay que explicar es por qué se tachó.
    Y dos, hay que citar las fuentes de consulta, para que los demás tengan acceso a ellas y reconocer los trabajos realizados.
  • Nel Avia

    Nel Avia

    01 Noviembre 2022 a las 18:27 |
    ¡Enhorabuena por el reportaje, completísimo!
    Enrique Guijo fue también uno de los autores de los azulejos de la "Farmacia de San Andrés & S. Vicente Ferrer".
    En la Sala Alcalá 31 hay ahora una exposición de Amalia Avia, que pintó esa farmacia y también el "Colmado de Vallecas" y "La Zamorana".
    Adjunto enlace de un Mapa pictórico de Amalia que he elaborado, donde se pueden ver todos esos cuadros y muchos más.
    Saludos.

    https://www.google.com/maps/d/viewer?mid=1KMEZ557NYrofnefOB-El0u55h8jsvh4&ll=40.42547399416177%2C-3.692339883911142&z=13

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