01 Marzo 2015

Tarde de fútbol y redadas en Vallecas

Publicado en Deportes

RAYOLANDIA | RAYO VALLECANO 4 – LEVANTE UD 2

Antonio Luquero | Vallecasweb
Si el fútbol en Vallecas fuera algo medianamente normal, ahora estaríamos comentando aquí los cuatro goles que Alberto Bueno le endosó al Levante en un encuentro memorable. Los más viejos del lugar no recordaban proeza igual, teniendo en cuenta lo difícil que es para el Rayo hacer goles a lo largo de la temporada. Sin embargo, como esto es Vallecas y el Club de nuestros colorines es el Rayo Vallecano, no podemos pasar por alto que mientras Bueno entraba en la historia consiguiendo cuatro chicharros en poco más de un cuarto de hora, a unos 100 metros del estadio alrededor de 200 aficionados rayistas se encontraban recluidos en un local, puestos de cara a la pared, mientras se les registraba, cacheaba y tomaba los datos.

Me gusta llegar con tiempo al fútbol en Vallecas, porque se aprende mucho observando en las previas de los encuentros. Haber bajado tantas y tantas veces la cuesta de la Avenida de la Albufera, pegado a la grada, te genera una especie de memoria en la retina que “salta” como un resorte en cuando ves algo que se escapa de lo normal.

Las previas del encuentro de ayer parecían de lo más tranquilo. Un partido con una historia meramente futbolística y tres puntos de oro que se iban a dilucidar en horas. Ni rastro de la afición del Levante, un equipo pequeño como nosotros que no mueve grande masas.

Al llegar al cruce de la Avenida de la Albufera con la calle del Payaso Fofó, me llama la atención la presencia inusual de furgonetas de la policía antidisturbios. Pensé que estarían esperando al autobús del Levante que vendría con retraso, o al del Rayo, pero pude comprobar que ambos equipos ya estaban dentro de las instalaciones del estadio.

No me gustó lo que vi, o al menos no me “cuadraba”, y como a un periodista le puede la curiosidad, decidí bajar andando hasta el cruce con la calle de la Sierra del Cadí para contar cuántas furgonetas tenía el dispositivo.

Once fueron los vehículos policiales apostados a ambos lados de la Albufera en unas posiciones cuanto menos extrañas, nada habituales, porque generalmente están situados junto al lateral del estadio, controlando las entradas para evitar incidentes, pero no tan “alejados” del mismo.

Dos de las furgonetas se encontraban mirando “hacia arriba” justo en la esquina de Fofó, y otras 3 en la misma dirección situadas a lado de la boca inferior del Metro de Portazgo, junto a la que fuera la tienda del pizzero de Vallecas, que tuvo que trasladar el negocio por “competencia desleal”.

Hasta once furgonetas con policías antidisturbios cortaron la calle de Dolores Folgueras durante más de dos horas. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)Hasta once furgonetas con policías antidisturbios cortaron la calle de Dolores Folgueras durante más de dos horas. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)

En la acera de enfrente había otras seis. Tres de ellas junto al desaparecido restaurante Sol y Aire, y otras tres unos treinta metros más abajo, junto al giro de la calle de Rogelio Folgueras. Nada parecía anormal en sí, pero no era del todo normal. Las puertas de acceso para los espectadores de la zona de Avenida de la Albufera aún permanecían cerradas, excepto la puerta número 1, abierta desde minutos antes para que fueran accediendo, con cuentagotas, los aficionados más madrugadores.

Del ambiente distendido daba fe el hecho de que la coordinadora de la policía charlaba amistosamente con el que parecía ser el responsable del dispositivo. Mientras, en la calle del Payaso Fofó, junto a los vestuarios, se encontraba otra media docena de furgonetas, estas sí, situadas en sus puntos habituales. La pregunta que seguía en el aire, y que comenté con algunos compañeros periodistas era ¿por qué este despliegue tan extraño, en un partido sin riesgo alguno?

La respuesta llegaría pocos minutos después. A las 17:00 horas la coordinadora de seguridad de la policía se despedía de los agentes, y el que parecía el máximo responsable colocaba en el parabrisas de la furgoneta una especie de rejilla metálica para proteger el cristal delantero de golpes y pedradas en caso de disturbios. La furgoneta dio media vuelta y se marchó en dirección al Puente de Vallecas, pero descendió apenas 20 metros, deteniéndose junto a las otras apostadas en el cruce con la calle de Rogelio Folgueras.

Parecía que se iban, y en realidad así fue: se “fueron”. A las 17:05 horas unos agentes de policía cortaban la Avenida de la Albufera en ambos sentidos y apresuraban con silbatos a los coches que se encontraban parados en el semáforo en rojo de la calle Josefa Díaz para que entraran en la Albufera y vaciaran dicha calle. Como bien saben, la calle Josefa Díaz es una calle estrecha de una sola dirección, en una de cuyas esquinas se encuentra un local de apuestas Sportium y enfrente el desaparecido restaurante Soy y Aire.

"Aligerada" de tráfico la calle de Josefa Díaz, dos furgonetas aparcadas de subida en la Albufera frente a Payaso Fofó se pusieron en marcha, comenzaron a derrapar haciendo chirriar sus ruedas —igual que en las películas—, giraron bruscamente a la izquierda y penetraron a toda velocidad en sentido prohibido por la mencionada calle de Josefa Díaz.

Cuatro peatones que se encontraban cruzando por el paso de cebra, entre ellos dos niños, se llevaron el susto de su vida, porque tras comprobar que no les venía ningún coche por su derecha, se encontraron con que la sorpresa les llegaba por el sentido prohibido al tráfico: eran nada menos que dos furgonetas policiales con las sirenas activadas las que venían en sentido contrario.

Mientras esto sucedía por “aquí arriba”, treinta metros más abajo las furgonetas situadas en la Avenida de la Albufera realizaban la misma operación en la calle de Rogelio Folgueras, penetrando a toda velocidad por la derecha, en este caso en el sentido de la marcha.

La dirección que tomaron los vehículos y el carácter “poco amable” del dispositivo policial, me hizo pensar que se trataría de controlar la salida de Bukaneros hacia el estadio, dado que su local está situado a muy pocos metros de este lugar. "Les irán a revisar las banderas y el material antes de entrar al partido, para evitar aglomeraciones en la puerta uno", pensé.

Llegué a la calle de Dolores Folgueras, donde se encuentra la sede Bukaneros, con la intención de asistir a un supuesto “corteo”, con la salida de banderas y demás artilugios, pero me encuentro que no. No solamente no hay ningún cortero, sino que la calle ha sido cortada en un tramo de unos 150 metros sin que nadie pueda entrar ni salir, ni siquiera los vecinos.

Las furgonetas que antes se encontraban apostadas en la Albufera —unas mirando para arriba, otras mirando para abajo—, acababan de cortar el paso en esta zona y varias decenas de policías, algunos de ellos exhibiendo escopetas con material antidisturbios, cerraban el espacio a cal y canto, por arriba y por abajo. La calle de Dolores Folgueras acababa de ser tomada por la policía en el tramo entre Josefa Díaz y Rogelio Folgueras. Perdón por el lío de nombres, pero los asiduos al Estadio saben —entre tanto "Folgueras" que va y viene—, a qué tramos de calle nos estamos refiriendo.

Durante el registro, veo a decenas de personas, aficionados del Rayo Vallecano que se encontraban en las inmediaciones del local de Bukaneros, situados en la calle, colocados en la acera situada frente al local y mirando hacia la pared. Algunos se despojaban de sus mochilas y pertenencias que depositaban en la acera. No vi manos en alto ni personas que fueran cacheadas en ese momento. A cada minuto que pasaba, se acercaban más aficionados que querían saber qué sucedía. Tras hablar con un agente e identificarme como periodista, me autorizó a hacer fotografías: “Haga su trabajo, pero desde aquella acera”.

Colocaron entonces otra furgoneta junto a la primera, para evitar que la escena pudiera ser presenciada por periodistas y curiosos. Comenzaban los primeros cánticos de “¡Somos rayistas, no delincuentes!”, mientras salían del cordón policial algunos de los que fueron “pillados” dentro del local. Testigos presentes en el momento de la llegada de las fuerzas del orden, afirmaron a Vallecasweb que cuando la policía se personó en el local, no presentaron ninguna orden de registro y amenazaron con derribar la puerta si no se les dejaba pasar.

Una vez dentro, pidieron la documentación a todas las personas que se encontraban en su interior, y a todas aquellas que se encontraban en esos momentos en la calle a punto de iniciar su marcha hacia el estadio. Según estos aficionados, todos fueron filiados y se les tomaron los datos. Entre ellos se encontraban varios menores, algunos de ellos habían acudido a recoger alguna camiseta o bufanda.

La policía encontró en el local “material pirotécnico”, consistente en botes de humo naranja, algunas bengalas y una traca. Los Tedax tuvieron que acercarse a retirar este material. Los botes de humo naranja se utilizan habitualmente en los corteos y nunca se accede con ellos dentro del estadio. El último de estos corteos tuvo lugar hace 15 días en la previa del partido Rayo – VillarrealSegún ha podido saber Vallecasweb, este material había sido adquirido para un homenaje sorpresa con motivo del 90 Aniversario del Club, y que se pensaba dar a la plantilla el pasado mes de diciembre, pero que finalmente fue suspendido tras los trágicos sucesos de Madrid Río.

En el registro, además del material pirotécnico antes citado, no se incautó ningún otro tipo de objeto que pudiera considerarse delictivo. Ah sí, un palo flexible de PVC de los que sujetan las grandes banderas; se lo iban a llevar, pero finalmente no fue considerado material de interés.

Volvemos al lugar del registro y nos encontramos con la calle tomada por la policía, una madre que sostiene a un hijo en brazos que está dormido, y la policía que le impide el paso a su casa. Pese a las razones de la señora y una discusión que subió de tono, el agente se mostró inflexible ante el abucheo creciente de los aficionados que se comenzaban a arremolinar en la acera junto al Mercado de Numancia.

Una vecina con su hijo en brazos intentó acceder a su vivienda durante la operación policial. Los agentes le prohibieron el paso. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)Una vecina con su hijo en brazos intentó acceder a su vivienda durante la operación policial. Los agentes le prohibieron el paso. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)

Llamativa resultó la llegada de Dámaso Barroso, presidente de la Peña Rayista 2004, que se personó en el lugar en cuanto tuvo noticias del registro. Su preocupación no era para menos ya que su hijo, minutos antes, le había dicho a su padre que se iba a acercar al local de Bukaneros a recoger una camiseta. El hijo de Dámaso, que tiene 16 años y es menor de edad, consiguió en el mismo lote una camiseta, un cacheo y fue protagonista en primera persona de una filiación policial. Para que luego digan que el fútbol no es un deporte completo… La respuesta que recibió Dámaso del oficial al mando es que se trataba de un “registro rutinario”.

Los primeros Bukaneros y no bukaneros que salían del registro, daban detalles de lo sucedido, y mostraban indignados su intención de no entrar al partido. Otros les secundaban mientras se alzaban voces de “¡Qué vergüenza!” o “¡Ahí dentro hay menores de edad!”. Aseguraron que a quienes se encontraban en el interior les separaron en grupos de veinte personas, y fueron puestos mirando a la pared. Les grabaron en vídeo y les tomaron los datos de filiación. No pudieron utilizar sus teléfonos móviles para realizar llamadas, aunque sí pudieron hacer uso de guasap.

También tuvieron que despojarse de todo aquello que llevaban en mochilas y bolsillos dentro de un ambiente que se convirtió en irrespirable, por el exceso de calor acumulado en el local. Los testigos hablan de policías que entraron con cascos, escudos y material poco “amistoso”.

Como el asunto del registro parecía ir para largo, decidí marcharme al estadio, donde todo parecía tranquilo. Por la puerta nº 1 se pasaba “divinamente”. Sin aglomeraciones ni banderas “molestas” con mástiles largos, pero eso sí: seguían los mismos cacheos.

Pese a que “Bukaneros” estaban conminados en una especie de “campo de concentración” en miniatura, los cacheos en la puerta 1 seguían a buen ritmo y con bastante intensidad. Bukaneros y no bukaneros cacheados, manos en alto, como si fueran a tomar un vuelo a la Luna. Algunos se lo tomaban con filosofía, otros por el contrario ponían una tremenda cara de mala leche.

¡Manos arriba, esto es un partido! Mientras Bukaneros seguían confinados en su local, en el acceso por la puerta 1 continuaron los cacheos “a la manera tradicional”. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)¡Manos arriba, esto es un partido! Mientras Bukaneros seguían confinados en su local, en el acceso por la puerta 1 continuaron los cacheos “a la manera tradicional” y como si aquí no hubiera pasado nada. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)

Este aficionado fue acompañado por agentes de seguridad por portar una bufanda con simbología “no adecuada”. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)Este aficionado fue acompañado a un lugar apartado por agentes de seguridad porque portaba una bufanda con simbología “no adecuada”. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)

Y mientras la grada del fondo del estadio permanecía sin aficionados, Alberto Bueno se daba un festín con cuatro goles que llevan la tranquilidad al conjunto de Vallecas. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)Y mientras la grada del fondo del estadio permanecía sin aficionados, Alberto Bueno se daba un festín con cuatro goles que llevan la tranquilidad al conjunto de Vallecas. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)

A un aficionado le quitaban una bufanda que una vigilante mostraba como un verdadero tesoro, mientras el poseedor era invitado a acompañar a las fuerzas de seguridad a la puerta nº 3. Según me confirmaron desde el Club, portar este tipo de objetos “no autorizados” no es motivo para expulsar a una persona del estadio.

Mientras Bukaneros y aficionados de otras peñas acordaban no acudir al partido y decidían pasar la tarde en la calle de Dolores Folgueras, o viendo el partido en los bares de los alrededores como medida de protesta, Alberto Bueno, sin saberlo, les daba un homenaje en forma de cuatro goles de escándalo. El fondo, con los asientos vacíos, era testigo mudo de la última goleada jamás contada. Cuentan testigos presenciales que cuando los policías se disponían a abandonar el local de Bukaneros, uno de los agentes exclamó: “Bueno, nos vemos dentro de quince días”.

Por cierto, ayer tampoco hubo ningún tipo de problema ni incidente entre aficionados del Rayo —ni siquiera entre los retenidos—, la Policía, o aficionados del Levante, ni dentro, ni fuera, ni en los alrededores cercanos o lejanos al Estadio de Vallecas. Tampoco entre aficionados del Rayo y la directiva del Club. Conviene recordarlo, porque hay quien sigue sin enterarse o no se quiere enterar.

(*) En la imagen que abre esta información, Dámaso Barroso, presidente de la Peña Rayista 2004, y Javier Ferrero, presidente de la Peña Rayista Bus Uno, conversan con uno de los policías durante el registro al local de Bukaneros. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)
 

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