Antonio Luquero | Vallecasweb
Tras la derrota de ayer, Paco Jémez no se comerá el turrón. Pero no será el único: los aficionados tampoco. Y no piensen mal, porque nadie habla de que al entrenador le vayan a destituir ni de que vayan a echar del estadio a los aficionados. No habrá turrón porque a más de uno se le atragantará tras lo vivido ayer el Vallecas. El Rayo volvió a dar ante el Espanyol una exhibición de sus mejores cualidades y sus peores defectos. El problema es que cuando los segundos superan a las primeras y las errores se encadenan unos tras otros, todo termina así: 1 a 3 en el marcador.

Ya lo vaticinó el entrenador vallecano al término del partido: “Si todo sigue igual, dentro de poco nos meteremos en problemas”. Y así será, porque el Rayo es ”una madre” en la línea de atrás. Bajo los palos han defendido la portería los tres guardametas —titular, suplente, y suplente del suplente— con resultados a cual más desesperante. “Porteros al borde de un ataque de nervios” sería un buen título para definir lo que nos sucede por ahí abajo, aunque a los defensas habría que hacerles ver un especial de “Entre tinieblas”, por aquello de que parecen tener en una nebulosa cuál es su verdadera función.

El Espanyol se llevó los tres punto sin hacer gran cosa, salvo estar en el lugar oportuno en el momento preciso y perder el tiempo necesario para ralentizar el partido sin que el árbitro se diera por enterado. De nada valieron los cambios tácticos en defensa ni los arreones de Manucho en la segunda parte, un revulsivo que resulta ineficaz cuando te meten más goles de los que tú eres capaz de conseguir.

En la grada se vivió el partido con una mezcla de frialdad, impotencia, y la sensación de que nos meterían un gol, o varios, por fallos defensivos. Cada vez que el balón se acercaba al área de Cristian o caía en los pies de Tito, Insúa o Quini, comenzaba el runrún y la certeza de que más tarde o más temprano, con perdón, la iban a “cagar”. Y la cagaron.

Álex Moreno volvió loco al exrayista Arbilla durante todo el partido. (© Foto: L. HERRERA / Vallecasweb.com)

El ambiente en Vallecas fue gélido durante todo el encuentro. Tal vez por ello, este aficionado rayista llegado nada menos que desde Finlandia, se encontró en su salsa. (© Foto: L. HERRERA / Vallecasweb.com)


Un Insúa voluntarioso intenta zafarse de Lucas, sin conseguirlo. (© Foto: L. HERRERA / Vallecasweb.com)

Ahora que en la grada se lleva el “fair play” y no se puede hablar mal ni en pensamiento, palabra, obra u omisión, la gente se mordía la lengua e incluso soltaba frases que hace tan solo quince días resultarían incoherentes en cualquier estadio de fútbol. Así, tras una falta de Arbilla sobre Álex Moreno no sancionada por el colegiado, un aficionado rayista se levantaba de su asiento para gritar al trencilla: “¡Árbitro, cada vez te amo más”!

Quien vio el partido en directo entenderá bien esta frustración, y quien no tuviera la oportunidad de hacerlo lo entenderá si le aclaramos que el Rayo juega a la ruleta rusa con el resultado de que el tiro no le sale de frente, sino hacia abajo, camino del dedo gordo de su propio pie.

Paco Jémez se despachó a gusto en la sala de Prensa posterior al encuentro, asumiendo todas las culpas y reconociendo no hacerse acreedor de la confianza que el Club tiene depositada en él. Además, aseguró que pasará una mala semana de Navidad después del resultado, para añadir: “Somos nosotros mismos los que nos abrimos las venas y nos desangramos. Hay algunos que parece que aún no se han dado cuenta de que nos estamos jugando nuestros puestos de trabajo”.

Sobre la crítica a jugar con dos centrales o ninguno, Jémez aclaró que “no se trata de un problema de jugar con uno o con cuatro centrales, el asunto es que nosotros mismos hacemos lo suficiente para que nos metan los goles sin que nadie nos meta presión”. Y concluyó: “Aún no estamos en una situación complicada, pero de seguir así seguramente pronto estaremos en problemas”. Pues eso…

(*) En la imagen que abre esta información, el guardameta espanyolista Casilla cumplió su trabajo a la perfección: atajó todos los balones excepto el gol de Baptistao y perdió tiempo con descaro ante la complacencia del colegiado cuando tuvo el resultado a su favor. (© Foto: L. HERRERA / Vallecasweb.com)

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