24 Septiembre 2012

Del “Día del Club”al Día de Raúl Martín Presa

Publicado en Deportes

RAYOLANDIA / SUSPENSIÓN EL RAYO VALLECANO – REAL MADRID

Antonio Luquero / Vallecasweb
Poco podía imaginar el presidente del Rayo, Raúl Martín Presa, cuando posaba para la foto en el Restaurante Txistu con Florentino Pérez durante la comida de directivas, que las viandas se le acabarían "cortocircuitando" al final de la tarde. Horas después, comparecía con esta expresión ante la prensa intentando explicar que Vallecas se había quedado sin luces debido a un sabotaje. La imagen del presidente rayista fue la única que se vio nítida en los televisores, gracias a las antorchas de las cámaras y los flashes de los fotógrafos...

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La grada de Arroyo del Olivar, la del apagón, permaneció sin espectadores durante el tiempo que duró el incidente. Solamente los Ultra Sur, situados en la grada de la Avenida de la Albufera, pudieron entrar al estadio (Foto: H. RECIO / Vallecasweb)
La tribuna de Arroyo del Olivar, la del apagón, permaneció sin espectadores durante el tiempo que duró el incidente. Solamente los Ultra Sur, situados en la grada de la Avenida de la Albufera, pudieron entrar al estadio (Foto: H. RECIO / Vallecasweb)

Y todo a media luz…

Así de triste lucía, o mejor habría que decir “deslucía”, la tribuna principal del Campo de Fútbol de Vallecas tras confirmarse que unos “cables pelados” impedían a los focos funcionar correctamente. Igual que una especie de “hilillos de plastilina” fueron vistos cuando el petrolero “Prestige” su hundió frente a las costas gallegas, testigos presenciales hablaban de un “humillo” que salió de uno de los voladizos de Vallecas antes de que la instalación echara chispas. Hilillos, humillo… ¿por qué por tan poca cosa se lía siempre una tan gorda?


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Se esgrimieron motivos de seguridad para impedir el acceso al estadio de los aficionados. Evidentemente, estaban mucho más “seguros” así, apretados los unos contra los otros (Foto: H. RECIO / Vallecasweb)
Se esgrimieron motivos de seguridad para impedir el acceso al estadio de los aficionados. Evidentemente, estaban mucho más “seguros” así, apretados los unos contra los otros (Foto: H. RECIO / Vallecasweb)

Al aficionado, que le den
Mientras Pepe Gotera y Otilio se jugaban el tipo subidos a una cornisa pretendiendo arreglar el asunto eléctrico, miles de aficionados se agolpaban a las puertas del estadio intentando saber por qué no se les dejaba pasar, y más en un día en el que los abonados habían tenido que soltar 25 euros del ala para poder presenciar un partido declarado “Día del Club”. No sólo no recibieron explicaciones de ningún tipo, sino que en un momento dado se cerraron las puertas a cal y canto para que no pudieran pasar, según parece, por su seguridad. Con medidas de seguridad así, casi es mejor vivir de una manera algo más insegura.

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La delegada del gobierno y el director general deportivo del Real Madrid, Miguel Pardeza, dieron sus versiones sobre lo sucedido. Pardeza barrió para el Madrid intentando que el partido se jugara a las 5 de la tarde. Por una vez, los blancos no se salieron con la suya (Foto: H. RECIO / Vallecasweb)

Declaraciones aquí, declaraciones allá
Nunca los periodistas corrieron tanto, y pocas veces recibieron declaraciones tan contradictorias con tan pocos metros de separación entre ellas. Mientras Martín Presa arremolinaba a los periodistas bajo el lamento de que todo parecía ser un sabotaje, la delegada del gobierno, Cristina Cifuentes, aseguraba ante otro grupo de periodistas que parecía que sí (lo del sabotaje), pero que tal vez no. En otro corrillo improvisado, Pardeza explicaba la postura oficial de su club, consistente en que el partido o se jugaba a las 5 de este lunes o no se jugaba, porque era la santa voluntad del Real Madrid. Un corrillo más allá unos metros más acá, Paco Jémez apelotonaba de nuevo a los periodistas para confirmar que el Rayo no jugaba a las 5 ni loco, y que en todo caso lo haría a las 8 como muy pronto. A todo esto, los vigilantes de seguridad no paraban de abroncar a los periodistas al grito de “¡de esa raya no se puede pasar!”, cuando las rayas del campo estaban más que borradas, con tanta carrera para acá y tanta carrera para allá. Les puedo asegurar que en pocos partidos se vio a los futbolistas correr la banda como lo hicieron los periodistas anoche, sin que a ninguno se le subieran los gemelos.

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Martín Presa intenta explicar cómo fueron cortados los cables de la instalación eléctrica (Foto: L. HERRERA / Vallecasweb)


La imagen de Vallecas
Lo más preocupante de todo lo acontecido anoche es la imagen que queda no sólo del Rayo sino de todo un barrio, tanto en el país como fuera de él, pues una noticia así en la que está metido por medio el Real Madrid da la vuelta al mundo en minutos. Habría que pensar de una vez por todas si el Rayo se merece tener un campo así, en unas condiciones en las que todo el mundo echa balones fuera. La instalación pertenece a la Comunidad de Madrid, el terreno a una familia de Vallecas, el Club a Raúl Martín Presa, y la administración y el reparto de ingresos y gastos a unos señores que no sabemos muy bien a dónde piensan llevar a la entidad. Ah, por cierto, también quedan los socios y aficionados, pero estos, como en el cine, solo tienen derecho a sentarse y a aguantar el espectáculo.



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