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04 Junio 2014

El Príncipe Felipe pronuncia por error una conferencia en el Ateneo Republicano de Vallekas

Publicado en VALLECASWAY!

Un fallo en el GPS de su vehículo le dejó en el lugar equivocado

Koldo Reskoldo | Vallecasway!
El reinado de Felipe de Borbón, Príncipe de Asturias y futuro Rey de España, no ha podido comenzar con peor pie. Un fallo en el GPS de su vehículo oficial provocó que la comitiva no llegara a la inauguración de una planta de reciclado en el Vertedero de Valdemingómez, y sí a las puertas del Ateneo Republicano de Vallekas donde se celebraba una concentración antimonárquica.

A las once y media de la mañana, nada hacía presagiar a los participantes en un acto contra la Monarquía organizado por el Ateneo Republicano de Vallekas, que minutos después de que comenzara la concentración de unos 500 vecinos que pedían la instauración de la República, el que llegaría inesperadamente sería el propio Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón —y Borbón—.

Fuentes de Zarzuela a las que ha tenido acceso Vallecasway! confirmaron el error, y aseguraron que el fallo se debió al empecinamiento de la “señorita del GPS”, que no paraba de repetir: “Tome la próxima salida y gire a la derecha”, “tome la próxima salida y gire a la derecha”. El Príncipe y su comitiva se trasladaban a la inauguración de una nueva planta de compostaje y reciclado de vidrio y papel en el Vertedero de Valdemingómez. Sin embargo, el empecinamiento del GPS hizo al conductor salirse de la A3 y tomar la Avenida de la Albufera en dirección a la calle del Arroyo del Olivar. Al llegar frente al Ateneo Republicano, la “señorita” del GPS indicó: “Final de trayecto, el punto de destino está a la izquierda. ¡Y tan a la “izquierda”!

Al detenerse el Mercedes, el Príncipe, creyendo que había llegado al lugar donde se inauguraba la planta de reciclado de residuos, se bajó, saludó a un tipo con “barbas comuneras” que estaba lanzando consignas, y se dirigió a los manifestantes en estos términos: “Buenos días. En este día tan señalado, es para mí un orgullo y satisfacción poder dirigirme a todos vosotros, trabajadores abnegados que dais lo mejor de vosotros mismos realizando esta labor tan ingrata como necesaria para la sociedad”.

Uno de los asistentes, que portaba una bandera republicana y un pin del Ché sujeto a una boina, pegó un grito de estupor: “¡Coño, que es el Borbón!”. El Príncipe le respondió de inmediato: “Sí, efectivamente, soy yo, pero eso no tiene importancia. Y estoy aquí para deciros que las cosas tienen que cambiar, que nada puede ser como antes. Que lo viejo no vale, que hay que reciclarse, “reciclarse o morir” como diría el clásico”.

Los asistentes, que minutos antes gritaban contra la Monarquía, el Rey, y habían prendido fuego a una caja de galletas del Príncipe de Beckelar, quedaron en silencio, mientras el futuro Rey anunciaba: “¡No es cierto que las cosas, como las personas, tengan un solo uso. Hay que entender que todo se puede reciclar y puede tener una segunda vida. Miradme a mí, quién me iba a decir que con el tiempo terminaría hablando frente a trabajadores como vosotros que estáis por el cambio!”.

Dos o tres personas aplaudieron con desgana mientras algunos se frotaban los ojos y otros miraban a su alrededor buscando indicios de que todo era un montaje para un programa de cámara oculta. En ese instante, un asistente de Felipe de Borbón se acercó a él, para susurrarle al oído: “Alteza, creo que estamos en el lugar equivocado. Esta gente no son trabajadores de una planta de reciclaje, son republicanos y están todos contra usted. Parece que hemos sido víctimas de un sabotaje. Toca retirada…”.

El Príncipe, sin inmutarse y haciendo gala de la “campechanía” que lleva en los genes, intentó salir del paso con estas palabras: “Señoras y señores, es decir… ¡camaradas!, me indican que tengo que salir un momento a casa de mis padres, porque parece ser que hay un grifo que gotea en un baño”. En ese momento, y protegido por dos escoltas, el Príncipe pegó un brinco, se metió en el coche, y la comitiva se esfumó en menos de cinco segundos, para sorpresa de los presentes y enojo de dos señoras mayores: “¡Es tan majo, no como sus hermanas que mira que son feas!”.

Tras el incidente, fuentes de Zarzuela han emitido un comunicado en el que se explica que “lo acontecido esta mañana en Vallecas ha sido motivado por un sabotaje en el sistema de GPS del vehículo oficial que transportaba al Príncipe a una inauguración. Según todos los indicios, un grupo de desconocidos penetró de noche en el vehículo oficial manipulando los cables y provocando un apagón del sistema eléctrico. Ninguna de las puertas que dan acceso al mismo han sido forzadas, por lo que pensamos que alguien de dentro o que tuviera copia de las llaves puede estar detrás de este acto diabólico.

Por su parte, el Ateneo Republicano de Vallekas, a través de uno de sus portavoces, Liberto Vinagre, ha declarado a Vallecasway! que el incidente no tiene mayor trascendencia: “No es muy normal ver a este tipo de personas con esta sangre tan azul deambulando por este barrio, pero en fin ya que estaba aquí es una pena que saliera pitando a esa velocidad, porque nos hubiera gustado llevarle al Bar Manolo para invitarle al menos a una “Coronita”. No sé si lo ha pillado…”.

(*) En la imagen, Felipe de Borbón se dirige a los asistentes al acto antimimonárquico del Ateneo Republicano de Vallekas. (© Foto: M. TROLORÓ / Vallecasweb.com)

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