12 Abril 2021

El Tanatorio de Vallecas

Publicado en Deportes

Un año de oscuridad en la historia del Rayo Vallecano

Antonio Luquero | Vallecasweb
Se cumplen en estas fechas un año, un mes y una semana desde que el Estadio de Vallecas dejó de acoger público en sus gradas por culpa de la pandemia de Covid-19. Desde entonces hasta hoy poco ha cambiado, salvo que el recinto sigue cerrado al público y en él sólo se celebran cada quince días pseudo partidos de fútbol y algún que otro hecho luctuoso.

El 8 de marzo de 2020 ha pasado a la historia por muchos y conocidos motivos, pero para los rayistas significa el último día en que el Estadio de Vallecas acogió a aficionados en sus gradas. Aquel domingo, a las 12:00 horas, se dieron cita 10.163 espectadores con ganas de ver fútbol en una mañana muy agradable. El rival era el Elche CF, agarrado a la 6ª posición en lucha por un sitio en el play off de ascenso frente a un Rayo que vagabundeaba por las medianías de la tabla clasificatoria. En ese partido, la afición de Vallecas rendía homenaje a Antonio Sánchez Berenguer, abonado nº 1 del Rayo Vallecano fallecido unos días antes.

El Rayo perdió por 2 a 3 pese a adelantarse en el marcador merced a un gol de penalti que transformó Mario Suárez mediada la primera parte. Para el recuerdo de aquel encuentro quedará también el golazo de Joni Montiel desde fuera del área en el minuto 87 que levantó Vallecas en busca de una remontada que no se consumaría.

Tras el pitido final y la confirmación de una nueva derrota, en pocos días llegaría la hecatombe: el Gobierno decretaba el Estado de Alarma, se suspendían todas las competiciones, y sobre el Rayo Vallecano caería un largo, tenebroso y tétrico manto negro en el que la institución seguiría sumida hasta el día de hoy.

Tras el decreto del Estado de Alarma el miedo llegó a las altas esferas futbolísticas. Pero no miedo por el espectáculo y la pandemia, no: miedo a perder dinero. Jaume Roures, capitoste del monopolio televisivo, anunciaba sin vergüenza alguna en un reputado programa deportivo nocturno que cuando el fútbol volviera no habría que preocuparse por el retorno de los espectadores “porque hoy en día hay medios técnicos suficientes para poner público en las gradas de forma digital”. Si a este falseamiento de la realidad le sumamos los cánticos grabados emitidos en forma de simulación en estadios completamente vacíos, se estaba anunciando y consumando la mayor bofetada al aficionado “de verdad” al fútbol que se haya dado nunca.

Cuando el jueves 11 de junio de 2020 el Rayo Vallecano volvía a la competición para jugar la segunda parte del encuentro vergonzosamente aplazado frente al Albacete seis meses antes, lo hacía siendo cómplice de este espectáculo manipulado visualmente. Y lo consumaba tras varios sucesos muy graves. Por un lado, el 12 de abril había fallecido el padre del presidente Raúl Martín Presa por coronavirus. También, por esas fechas, varios abonados del club fallecían por la misma causa. Las impactantes imágenes del presidente rayista dejando ramos de flores en los asientos de los abonados muertos coparon titulares y fotos de prensa. También las dos enormes lonas negras en el lateral de la Albufera y el fondo de la calle del Teniente Muñoz Díaz con mensajes en recuerdo de los fallecidos: “Nunca os olvidaremos” y “Siempre en nuestro recuerdo”, acompañadas de sendos lazos negros de tamaño descomunal.

Simultáneamente, se retiraban todas las pancartas del fondo donde se sitúan Bukaneros y desaparecía cualquier símbolo de las peñas que recordara a la afición. El resultado final, en esta representación permanente del Día de los Difuntos, fue que los mensajes a los muertos habían barrido del todo los mensajes de los vivos.

Pero el fatalismo no se iba a quedar aquí; no pocos han sido los partidos en los que se han guardado minutos de silencio por personas fallecidas en los últimos meses realzando este ambiente de velatorio que invade el Club. Incluso una de sus equipaciones para la presente temporada, la negra negrísima con banda gris, lleva un lazo en recuerdo a los muertos. Ante semejante panorama: gradas invadidas por mensajes de luto, camisetas dedicadas a los muertos y un club permanentemente compungido, no es de extrañar que a veces los jugadores parecieran estar muertos y que no corrieran a por el balón. Menudo ambiente de trabajo y qué pésima imagen de marca de cara al exterior.

Mientras tanto, de los vivos parecía no acordarse nadie en el Club. La devolución de parte del dinero del abono no disfrutado durante la pasada campaña tardó en llegar y lo hizo con tanta lentitud que pareciera que las órdenes de la devolución llegaban desde ultratumba. Para reclamarlo, había que acudir a las taquillas de forma presencial, justo lo menos recomendado en tiempo de pandemia si uno no quería terminar siendo recordado con un minuto de silencio dentro del estadio. Aún a día de hoy, queda un 40 por ciento del dinero por reintegrar por un importe aproximado a los 400.000 euros.

La interacción del Rayo Vallecano con los aficionados que le quedan vivos ha sido nula e inexistente durante todo este año de pandemia. Nada de contacto directo o por sistemas de comunicación online. Nada de mensajes de apoyo en sus redes sociales. Ni un cartelito de ánimo en las gradas como sucede en otros clubes. La nada, la noche, la oscuridad más absoluta: nastic de plastic, que decimos en Vallecas.

Un estudio de la European Club Association (ECA) realizado durante la pandemia ha desvelado que un 40 por ciento de jóvenes entre los 16 y los 24 años no tiene ningún interés en ver fútbol porque han encontrado mejores cosas que hacer. Los niños de entre 8 y 12 años consideran el fútbol “muy aburrido” en comparación con otras formas de entretenimiento más accesible y, atentos a esto, más baratas.

Mientras la sociedad evoluciona en este sentido, la desorbitada burbuja del fútbol que sólo piensa en el aficionado que ve los partidos desde su casa se desinfla a pasos agigantados. Aquellos que tenían la ilusión porque llegara el próximo partido están buscando alternativas con horarios menos condicionados, a un precio inferior, y más divertidas que ver un aburrido partido de fútbol donde el primer contacto que tienes con el espectáculo es en forma de ser “sospechoso” al que hacen un cacheo de arriba a abajo antes de poder entrar.

Si conociendo todo esto el Rayo Vallecano como institución sigue sin dar pasos para motivar, movilizar y no ningunear permanente a su afición, algo habremos conseguido. Porque, de no hacerlo pronto, el tanatorio de Vallecas, ese estadio que tantas alegrías y decepciones llevó a miles y miles de rayistas durante casi cien años, pronto será un cementerio.

(*) En la imagen que abre esta información, las alusiones a los muertos en el Estadio de Vallecas le quitan las ganas de ver fútbol al más pintado. (© Foto: VALLECASWEB.COM)

-------------------

 Puedes leer otras noticias sobre la actualidad de Vallecas accediendo a la portada de nuestro periódico www.vallecasweb.com
 También estamos en @vallecasweb(Twitter) y vallecasweb(Facebook)
 Si quieres colaborar con nosotros, puedes escribirnos un correo electrónico clicando en el enlace: Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.

Comentarios (0)

Déje un comentario

Estás comentando como invitado.