23 Septiembre 2017

Aficionados del Rayo Vallecano homenajean a Nicolás Sanjuán

Publicado en Deportes

Acto sorpresa por su 89 cumpleaños

Antonio Luquero | Vallecasweb
Un grupo de aficionados del Rayo Vallecano ha homenajeado a Nicolás Sanjuán con motivo de su 89 cumpleaños. El acto, organizado con sigilo para que Nicolás recibiera la sorpresa sin sospechar nada, contó con la complicidad de sus amigos rayistas y la colaboración del futbolista Antonio Amaya.

Nicolás Sanjuán es al Rayo Vallecano lo que Sócrates a la Filosofía: un clásico al que merece la pena escuchar. Pese a no ser conocido por el gran público, Sanjuán fue testigo privilegiado de la historia del Rayo Vallecano desde los mismos orígenes del Club. Nicolás, a quien sus amigos actuales conocen como 'Nico' y quienes le trataron en su juventud como 'El pícaro' (por su sonrisa picarona, reflejada ampliamente en su rostro), nació en el municipio de Vallecas el 21 de septiembre de 1928, en la casa que su familia habitaba en la calle Monte Perdido número 71. Fue el último en nacer de cuatro hermanos, todos varones, y todos dedicados en cuerpo y alma, de una u otra manera, al Rayo Vallecano.

Sanjuán conoció y trató en persona a doña Prudencia Priego (madre emérita del Rayismo) y jugó en la calle —y al fútbol también— con algunos de aquellos niños que fundaron el Rayo Vallecano, a saber: Julián Huerta (el mayor de todos), 'Juanito', Ezequiel y Modesto. Con este último recuerda Nicolás haber salido en su juventud “a alternar a un bar que había en la esquina de la calle Puerto Alto, donde estábamos hasta las tantas”, me comenta entre risas.). No hubo 'Huerta' al que no tratara ni 'Huerta' que no fuera amigo suyo: “He convivido con ellos. Yo era amigo de todos”, asegura.



La casa donde Nicolás nació lindaba con el solar de Las Erillas, lugar en el que la Agrupación Deportiva El Rayo tuvo su primer campo de fútbol. “Yo ya con cuatro años salía a jugar al balón a ese descampado”, asegura Nicolás, quien recalca que “entonces en Vallecas nos conocíamos todos. Yo he visto actuar en el Cine Goya a los payasos Pompoff, Teddy y Emig [este último padre de tres ilustres payasos de la familia Aragón: Gaby, Fofó y Miliki] que vivían en un chalecito cerca de Peña Prieta junto a la calle Mendívil. Al acabar la Guerra Civil tuvieron que emigrar porque eran de izquierdas”. Me comenta Nicolás que “muy cerca de donde vivían ellos vivió Magritas”, un famoso banderillero de Vallecas.

Nicolás con su hija María José y la bufanda que le regaló la Peña Rayista 2004. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)Nicolás con su hija María José y la bufanda que le regaló la Peña Rayista 2004. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)

Podemos asegurar que la familia de Nicolás, como la de otros muchos vallecanos de la primera mitad del siglo XX, fue la leche. Y no es ninguna broma. Él dice que fueron 'vaqueros' porque durante un tiempo regentaron una lechería en la que vendían leche procedente de la infinidad de vaquerías establecidas en las calles de un cada vez más poblado Puente de Vallecas. Sin embargo, más adelante, los derroteros profesionales le llevaron a trabajar en un taller familiar en el que elaboraban productos artesanales en cuero: “Primero hicimos balones de juguete, pero después empezamos a fabricar balones de fútbol de correílla, incluso llegamos a hacer bolsos que se vendieron en Galerías Preciados, cuenta con firmeza y satisfacción. Todo ello se fabricaba aquí, en un pequeño taller de Vallecas. En este taller nunca faltaron los carteles que anunciaban los partidos del Rayo en Vallecas, tradición tristemente perdida (esencialmente porque el Club ya no los imprime).

Mientras me está comentando que “en el Rayo jugué un año, a la edad de 17 años…” aparece su hija, por sorpresa, llegada desde Alicante (donde vive) para celebrar el 89 cumpleaños con su padre. Nicolás, con ojos emocionados, se levanta a besarla y se queda mudo, algo extraño en él pues es hombre de conversación fácil. La llegada de María José parece una 'coincidencia', pero esto no ha hecho más que empezar.

Nicolás es un hombre austero, de memoria privilegiada y poseedor de una sonrisa permanente y contagiosa. Su actitud positiva ante la vida le ha hecho tener un montón de amigos. Amigos que le rinden este tributo en su cumpleaños a título particular y sin que él lo sepa. Y así, poco a poco, va apareciendo gente en escena. La Peña Rayista 2004 le regala una bufanda para que la tenga de recuerdo en su casa, situada frente al Estadio de Vallecas. No entiende lo que está pasando, lo sé, pero se hace una foto sin soltar la bufanda y a su hija, a la que no esperaba ver aparecer por Vallecas.

El Bar Moreno es su otra casa, donde come y pasa las horas saludando gente, pues todo el mundo le conoce en el barrio y se detiene un ratito a charlar con él, porque Nicolás lo sabe todo sobre Vallecas, sobre el Rayo, sobre la vida. Pero siempre con una sonrisa. Recibe la bufanda como el que recibe un tesoro inmenso, con miles de agradecimientos. Y le cuesta posar para la foto familiar con su hija porque es un 'Sanjuán', de los que dan todo sin buscar reconocimiento alguno. Un rayista de a pie, un tipo de verdad.

Se deja caer por allí —también fruto de la 'casualidad'— Juan Carlos Sánchez, hijo de quien fuera mítico portero del Rayo Vallecano Pepe Sánchez 'El Suicida'. “Tu padre, que era portero, llegó a jugar también de delantero porque a veces nos faltaban jugadores. Yo he tenido mucha amistad con él en aquella época, fuimos compañeros, jugué con él en el Rayo. Nos juntábamos ahí, en la peluquería de Ángel, y nos tirábamos horas hablando. Tú y tu familia vivíais ahí, en Sierra del Cadí, en los soportales”, comenta Nicolás. Juan Carlos asiente con la cabeza mientras escucha emocionado historias de su padre, cuya memoria está recuperando gracias a testimonios como el de Nicolás, que conoció y trató durante años a 'El Suicida'.

Poco a poco, así como disimuladamente, sigue llegando gente. Amigos de Nicolás y también gente anónima que no le conoce pero que quiere sumarse al homenaje. Fernando Sebastián, soy socio del Rayo, se presenta a Nicolás: “Yo me crié en la colonia Erillas con mis padres, cuando ya no estaba el campo, claro. Mi padre sigue siendo abonado, mi hijo también es abonado y mi pequeño bebé también va al Rayo desde que tiene días”.

Sebastián es una máquina sacando lustre al Rayismo, incluso cuando el brillo brilla (y nunca peor dicho) por su ausencia. Su última locura ha sido convocar una carrera alrededor del Estadio de Vallecas para celebrar el retorno del Chori Domínguez. La 'Chorirace', prueba no competitiva, salió de la casa donde se fundó el Rayo y dio varias vueltas alrededor del Estadio de Vallecas hasta completar los 10 kilómetros, hace de esto unos quince días. Se apuntaron 70 'locos' con un buen número de niños. “¡Vi a gente corriendo desde mi balcón con carrillos de niños!”, le comenta Nicolás a Sebastián. No se le escapa una, ya se lo digo yo. Como recuerdo para Nicolás, Fernando Sebastián le regala una gran foto con todos los participantes en la 'Chorirace' vestidos con la camiseta del Rayo a las puertas del Estadio, y el dorsal 89 en recuerdo a su cumpleaños: “Es una foto de Rayistas de a pie para que la tenga de recuerdo”, le dice Sebastián. Nicolás da las gracias abrumado por tanto regalo.

Fernando Sebastián explica a Nicolás detalles de la 'Chorirace' en presencia del hijo de 'El Suicida'. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)Fernando Sebastián explica a Nicolás detalles de la 'Chorirace' en presencia del hijo de 'El Suicida'. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)

Un dorsal con el número 89 y una foto del Rayismo de a pie, un gran regalo para un rayista muy especial. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)Un dorsal con el número 89 y una foto del Rayismo de a pie, un gran regalo para un rayista muy especial. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)

Nicolás Sanjuán tan pronto te habla del Rayo como de Vallecas, lo sabe todo porque todo lo vivió en primera persona: Recuerdo ver cantar a Angelillo, el famoso cantante que nació en Vallecas. Cantaba en el Bar Metro, que estaba donde ahora está el Banco de Bilbao en la Avenida de la Albufera. También en el Bar Centro, que estaba un poquito más para arriba. Cantaba ahí y se sacaba unas perrillas. Angelillo y su familia vivían en Peña Prieta”. Recuerda también —entre sonrisas— las 'crecidas' del Arroyo Abroñigal, ahora soterrado bajo la M-30: “Cuando llovía mucho se desbordaba e inundaba toda Peña Prieta porque el río no podía con tanta agua. Se inundaba el Puente de Vallecas y el agua se metía en el Metro hasta inundar toda la estación, el agua se salía por las bocas del Metro”. Ahora ya no llueve tanto, menos mal por otra parte…

De repente, aparece una camiseta del Rayo con el número 4 y el nombre de Amaya. Es un regalo que traen Bukaneros para Nicolás Sanjuán. Había que ver su cara de sorpresa y alegría. Un regalo inesperado porque nunca tuvo una camiseta de un jugador del Rayo Vallecano. Ésta es la de Amaya, la original. Vuelve a quedarse sin palabras, lo que significa que el reto de hacerle feliz se está consiguiendo.

En una imagen que se proyecta en una pantalla de televisión aparece una foto, Nicolás se gira, la mira y no lo duda: “¡Ese soy yo, y ese es mi padre!”. La instantánea es de 1949, en un acto de celebración por el 25 aniversario (Bodas de Plata) de la Agrupación Deportiva Rayo Vallecano. Allí estaba retratado lo más granado del Rayismo de la época. “¡Y ese mi hermano Fernando, y ese otro Alfonso Vázquez, el alcalde de Vallecas”. Los recuerda a todos. De repente se da la vuelta, nos mira, y nos aporta un dato conmovedor: “De todos los que hay en esa foto el único que vive soy yo”. ¡Han pasado 68 años!

Nicolás explicó a su amigo Luis Miguel quiénes aparecen en la foto de las Bodas de Plata de la Agrupación Deportiva Rayo Vallecano. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)Nicolás explicó a su amigo Luis Miguel quiénes aparecen en la foto de las Bodas de Plata de la Agrupación Deportiva Rayo Vallecano. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)

Nicolás Sanjuán ya no es abonado del Rayo Vallecano, pero sigue viendo al equipo aún sin serlo. Circunstancias familiares le obligaron a dejar de serlo, y lo dejo ahí. Aún así fue socio durante nada menos que 51 años, sólo interrumpidos por el servicio militar que por aquel entonces era obligatorio.

Juan Jiménez Mancha, autor del libro sobre los orígenes del Rayo Vallecano, defiende que aunque Nicolás ya no es abonado “el Rayo es tú equipo. Aunque tú ya no seas abonado ha sido siempre tu equipo, y el Rayo es tanto de los abonados como de los no abonados. El Rayo es de quien lo quiere y tú quieres al Rayo”. Poco más que añadir.

Sanjuán fue socio compromisario durante muchísimos años ya que estaba entre los cien primeros socios: “Me aboné por primera vez al Rayo en 1946. Lo dejé en 1997. Les he cosido los balones gratis porque no tenían dinero, he ayudado a Toribio a ser utillero, he ayudado a ser masajista, me sentaba en el banquillo con Lafuente que fue el primer entrenador que tuvo el Rayo en Tercera División, con Félix Huete, Aureliano Nogales, Manchado… Yo estaba con ellos allí, ayudando”. Después de todo esto, llegaron los Ruiz-Mateos, los socios dejaron de serlo y se convirtieron en simples abonados, y cuando Nicolás intentó volver a ser socio una vez pasado su problema familiar, se sintió maltratado por el Club y desistió de abonarse de nuevo. Y desde entonces lo cumple a rajatabla, aunque no se pierde ni un partido del Rayo pese a no disponer de abono de temporada.

“Viví los bombardeos en Vallecas durante la Guerra Civil”, me comenta Nicolás. Por entonces era muy común esconderse en el Metro para evitar las bombas lanzadas por los aviones que sobrevolaban Vallecas. Sin embargo, la Línea 1 sólo llegaba hasta el Puente de Vallecas, de tal manera que los habitantes de Nueva Numancia y Portazgo no tenían tiempo para refugiarse. Al respecto, Nicolás me confiesa: “Inocente de mi yo, que vivía en un primer piso en la calle Fernando Primo de Rivera esquina con la Avenida de la Albufera, corría a refugiarme a un edificio que había enfrente que tenía tres plantas pensando que era más seguro. ¡Imagínate, si cae ahí una bomba nos mata a todos!”.

Estamos en la conversación —que con Nicolás siempre es amena y certera— cuando aparece Antonio Amaya, jugador del Rayo Vallecano: “¡Felicidades Nicolás, encantado de conocerte. Dame un abrazo!”. Nicolás Sanjuán no da crédito: “¡Gracias por venir!”. Y añade mirando a sus amigos: “¡La que me habéis preparado!”.

Sanjuán es persona de dar mucho y pedir poco. Sólo recuerda que una vez, siendo directivo del Rayo, pidió una camiseta pero nunca se la dieron: “Me dieron una toallita de mano en el homenaje a Felines, pero se la regalé a Lourdes”, una buenísima amiga. Han tenido que pasar 71 años desde que se hizo socio por primera vez para que la camiseta llegue a su destino, la misma que Amaya defiende en cada partido.

Asombrado, así se quedó Nicolás al ver aparecer a Amaya en su cumpleaños. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)Asombrado, así se quedó Nicolás al ver aparecer a Amaya en su cumpleaños. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)

Amaya con Nicolás y la camiseta que le regalaron Bukaneros. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)Amaya con Nicolás y la camiseta que le regalaron Bukaneros. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)

Nicolás contó a Juan Carlos Sánchez y Amaya anécdotas de los primeros años de historia del Rayo Vallecano. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)Nicolás relató a Juan Carlos Sánchez y Amaya anécdotas de los primeros años de historia del Rayo Vallecano. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)

Lourdes, Luis Miguel y Dani son amigos de Nicolás. Le suelen acompañar muchas horas al día y, entre charla y charla, siempre está el Rayo de por medio. Luismi —por hacerles una idea— es de esos 'pesados' que va con su camiseta del Rayo a todas partes. Quisieron sorprender a Nicolás por su 89 cumpleaños con un regalo mayúsculo: una manta con el escudo de la Agrupación Deportiva Rayo Vallecano y el siguiente lema: “Gracias por enseñarnos a amar al Rayo y a Vallecas”. Les tengo que reconocer que me emocioné mucho, y eso que el regalo no era para mí... No se puede reflejar mejor un sentimiento en menos palabras.

Siendo niño, Nicolás se las apañaba para meterse en los autocares para seguir al Rayo en los viajes fuera de Vallecas. Ya de mayor, fue directivo desde 1991 a 1993, siendo Camacho entrenador. Acababan de llegar los Ruiz-Mateos y el presidente en funciones era Manolo Gallardo, otro Rayista de pro al que le tocó lidiar con una situación muy convulsa. “A mí me pusieron de tesorero, pero como no pude ir al colegio de pequeño y tenía faltas de escribir me hice vocal. Entonces se puso de tesorero mi hermano Antonio, que era el tercero de los cuatro hermanos. Mi hermano Fernando [el primero de los Sanjuán] fue secretario del Rayo con Pedro Roiz. Cuando Roiz dejó de ser presidente hubo elecciones y se presentaron al cargo Marcelino Gil y mi hermano Fernando. Antes de las elecciones llegaron a un acuerdo y el resultado fue que Marcelino se quedaría de presidente y mi hermano Fernando de vicepresidente”. Así los cuatro hermanos Sanjuán: Fernando, Rafael, Antonio y Nicolás, todos varones, todos vallecanos, unieron para siempre sus destinos con el Club que vieron nacer. Por cierto, a estas alturas del relato me gustaría desvelar que Rafael, el segundo de los hermanos, del que no hablamos nada aquí, es el actual abonado número 1 del Rayo Vallecano. ¿Van hilando el asunto?

Lourdes entregó a Nicolás un regalo muy especial, envuelto en papel decorado con alineaciones clásicas del Rayo Vallecano. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)Lourdes entregó a Nicolás un regalo muy especial, envuelto en papel decorado con alineaciones clásicas del Rayo Vallecano. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)

“Gracias por enseñarnos a amar al Rayo y a Vallecas”. Una manta que refleja todo un sentimiento. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)“Gracias por enseñarnos a amar al Rayo y a Vallecas”. Una manta que refleja todo un sentimiento. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)

Le pregunto a Nicolás Sanjuán qué es para él el Rayo. Sentado en su silla respira hondo, se le inundan los ojos de lágrimas y me contesta sin dudarlo: “Mi vida… parte de mi vida”. Su amigo Luis Miguel, uno de los rayistas anónimos que han hecho posible este homenaje, se acerca a él: “Te has emocionado ¿eh?”. Nicolás responde: “Nunca me hubiera imaginado algo así, y menos poder ver hoy a mi hija”.

Nicolás recuerda con claridad su primer contacto con el Rayo Vallecano: “Yo nací al lado del campo de Las Erillas y como no había ni coches ni nada cruzaba a ver al Rayo con sólo 4 años. Poco después tuve amistad con los jugadores. Recuerdo mucho a 'El Suicida' con el que yo jugué junto a Chocolate que vivía justo enfrente de mi casa, así como sus hermanos Lolo, Benito y Antonio. Al lado vivían unos primos llamados Geni y Ramón que jugaban al fútbol de maravilla. También Félix Milonga. En el mismo cogollito vivíamos todos.

“También conocí a Amós Acero [maestro y alcalde de Vallecas durante la Guerra Civil, que sería fusilado], mi hermano Fernando fue alumno de él. Le llevábamos leche a su casa en la calle de Juan Navarro esquina con Monte Igueldo, donde vivía”.

En su época de directivo, Nicolás fue de los que puso empeño en que el entrenador que debía venir a Vallecas fuera José Antonio Camacho, con el que se logró el ascenso a Primera División: “Cuando se destituyó a Eusebio Ríos yo fui de los que dije que tenía que venir Camacho, que por aquel entonces estaba entrenando a juveniles en el Real Madrid. Nos juntábamos mucho con Gregorio Benito, que jugó en el Rayo y el Real Madrid, Grande, Velázquez y De Felipe. Grande vivió en Vallecas al lado de la colonia Erillas”.

Recuerda también Nicolás a Arturo Pomar (por aquél entonces el niño “Arturito” Pomar), el gran maestro internacional de ajedrez nacido en Palma de Mallorca que cuando contaba 13 años se vino a vivir a Madrid: “Ese vivía ahí, en la Plaza de la Iglesia, en un segundo piso”. La 'plaza de la iglesia' actual se encuentra a espaldas de la comisaría de Policía Nacional de la calle Peña Trevinca, muy cerca de la casa donde se fundó el Rayo Vallecano.

 Nicolás soplando con fuerza las velas de su 89 cumpleaños. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)
Nicolás soplando con fuerza las velas de su 89 cumpleaños. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)

Para rematar la tarde y endulzar tantas emociones 'apareció' de repente una tarta, con el 89 situado en lo más alto del 'marcador electrónico', para celebrar el cumpleaños de Nicolás. El homenajeado sopló y mientras el viento apagaba la luz de las velas, se reflejó de forma más patente en sus ojos el Rayismo que siempre llevó en el corazón. Es lo que tienen las cosas pequeñas, las hechas por los rayistas de a pie. En el Rayo no vivimos de grandes gestas deportivas, sino de pequeños actos entrañables. Y aunque aparenten ser diminutos, merecen la pena ser contados.

(*) En la imagen que abre esta información, Nicolás Sanjuán recibió un homenaje muy especial por su 89 cumpleaños. (© Foto: A. LUQUERO / Vallecasweb.com)

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Comentarios (1)

  • Martín Santos

    Martín Santos

    23 Septiembre 2017 a las 22:01 |
    Felicidades Nicolás!!! Usted sí que me representa.