Redacción | Vallecasweb
Las cotorras argentinas que pueblan los parques y calles de Vallecas desaparecerán a partir de 2020. Así lo ha hecho saber el Ayuntamiento de Madrid al anunciar un plan de erradicación que pretende acabar con esta ave invasora cuya población ha aumentado un 33 por ciento en los últimos tres años.

Grandes parques como el Forestal de Entrevías, Azorín o Lineal de Palomeras, y pequeñas áreas verdes de los distritos de Puente y Villa de Vallecas, verán desaparecer paulatinamente —a partir de 2020— su abundante colonia de cotorras argentinas. Estas aves, que fueron muy populares en la década de los años 80 como mascotas o animales de compañía, se han convertido en especie exótica a erradicar tras las numerosas quejas de los vecinos por el ruido que hacen y el peligro que suponen para otras aves autóctonas como el gorrión común. La presencia de estas cotorras en nuestras calles data del año 2003, cuando se hicieron visibles los primeros ejemplares soltados por sus dueños en la Casa de Campo. De ahí, se extendieron por Aluche, Carabanchel, Villaverde y las orillas del río Manzanares, hasta llegar a Vallecas aproximadamente en 2012.

El plan elaborado por el Ayuntamiento de Madrid pretende reducir a la mínima expresión su presencia en nuestras calles. La actuación, que será “rápida y controlada”, consistirá en la captura y “sacrificio ético” de los ejemplares, la esterilización de los huevos y la eliminación de los nidos de cría, algunos de los cuales pueden llegar a pesar 200 kilos y suponen un peligro para los viandantes.

En Vallecas su presencia no sólo se ha hecho notar en los parques y árboles cercanos a las casas. En algunos lugares, como en Puente de Vallecas, también en torretas de la luz. El caso más conocido es el del enorme nido de cotorras establecido en una torre de electricidad situada en Palomeras Sureste cuya base sirvió de soporte para que una pareja de cigüeñas decidiera instalar en él su nido permanente. Según señalaron a Vallecasweb vecinos de la zona “las peleas y picotazos entre las cigüeñas y las cotorras por hacerse con la posesión del nido fue digna de ver, igual que en los documentales que dan por televisión”. El nido en cuestión terminó produciendo un cortocircuito en la torre donde estaba instalado, dejando a varios miles de vecinos sin electricidad durante varias horas lo que obligó a su desmantelamiento definitivo.

Los informes que obran en poder de los técnicos municipales demuestran que las cotorras no son sólo son molestas por sus ruidos, sino que ejercen un efecto muy negativo sobre la biodiversidad al competir por el alimento con otras especies; también por su actividad depredadora y por la modificación de los hábitats y los daños provocados sobre los tallos y brotes tiernos de la vegetación que emplean para hacer sus nidos. El carácter gregario y activo de las cotorras y las molestias que generan han hecho que en 2018 se registraran 209 quejas y, hasta agosto de este año, casi se había alcanzado la cifra de todo el año anterior: 197.

Nido de cotorras argentinas construido en un poste de electricidad situado en la colonia Sandi, en Puente de Vallecas. (© Foto: P. MARTÍN / Vallecasweb.com)

Pese a todo lo señalado, los daños que la cotorra pueda producir en nuestro entorno y en otras aves no generan un consenso absoluto. Preguntado por la presencia de cotorras argentinas, el naturalista vallecano Luis Miguel Domínguez no se muestra muy convencido de que la especie vaya a desaparecer definitivamente de las calles de Vallecas: “Sinceramente creo que en el caso de la cotorra hay que asumir que está aquí y que se trata de una especie imposible de erradicar. A esta especie habría que catalogarla ya como avifauna ibérica. Pero ojo, en ciudades como Bruselas, en Bélgica, donde yo las he visto, allí tienen un problema impresionante con la cotorra argentina. Estamos ante una especie invasora a la que hay que entender y asumir. Tampoco el daño que pensábamos en principio que iba a hacer a la vegetación o a otras aves está muy justificado científicamente. No está demostrado que, más allá del escándalo o el cotorrerío que montan, afecten de manera potente al ecosistema. Hay que asumir que este animal está aquí como en su momento hubo que asumir a la gineta que trajeron los árabes a la Península Ibérica y hoy forma parte de nuestra fauna”.

(*) En la imagen que abre esta información, cotorras argentinas en un árbol de Palomeras Sureste. (© Foto: L. HERRERA / Vallecasweb.com)

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